Poesía Gratitud

Agradezco la enseñanza del viento,
que me susurra que nada se retiene,
que todo pasa,
y en su paso, pule mi alma.

Agradezco la sombra,
porque en su silencio reconozco mi luz.
Agradezco la herida,
porque en su eco florece la compasión.

El universo me habla en cada instante:
en la sonrisa del sol,
en la quietud de la luna,
en los ojos que me miran
y reflejan lo que aún debo sanar.

Camino descalzo sobre el ahora,
sintiendo que cada paso es sagrado.
La mente se aquieta, el corazón se expande,
y el espíritu danza en su verdad.

Desde el todo que soy,
me reconcilio con la vida:
agradezco lo que fue,
bendigo lo que es,
y confío en lo que será.

Porque al agradecer,
mi energía se alinea,
mi cuerpo recuerda su ritmo,
y la armonía despierta,
como una melodía que nunca deja de sonar.